79° aniversario de la derrota del fascismo en Cataluña (1936)

El bien más preciado es la libertad 

hay que defenderla con fe y valor, 

alza la bandera revolucionaria 

que del Triunfo sin cesar nos lleva en pos 

Himno de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT)

Ante el alzamiento fascista de los generales Franco, Mola y otros contra el gobierno de la Segunda República Española, ocurrido entre el 17 y 18 de julio de 1936 a partir de sus guarniciones en las Islas Canarias, el proletariado de Barcelona conducido por la Confederación Nacional del Trabajo(CNT), anarquista y otras organizaciones obreras como la Federación Anarquista Ibérica(FAI), tomó las armas contra el ejército y las fuerzas reaccionarias que se preparaban a unirse a la asonada franquista, en el transcurso de esos días.

En las primeras horas del 19 de julio de 1936 comenzaron los choques armados en Barcelona, según relata José Peirats en su obra La CNT y la Revolución Española:

En este preciso momento empezó a producirse la reacción popular. Uno de los primeros choques tuvo lugar en la llamada Brecha de San Pablo, a corta distancia del Sindicato Único de la Madera. Los militantes de este sindicato construyeron en pleno Paralelo una potente barricada, desde donde tuvieron a raya a las tropas durante cuatro horas. Para vencer esta resistencia, los militares echaron mano al recurso de utilizar al vecindario, haciendo servir de escudo a mujeres, ancianos y niños. Los facciosos pudieron de esta suerte irrumpir en el local del sindicato y procedieron a su destrucción.

A las doce se produjo un contrataque confederal envolvente por la retaguardia enemiga, que condujo a la victoriosa recuperación de las posiciones perdidas.

A esta misma hora se producían hechos decisivos en el centro de la ciudad. Los grupos anarquistas, mezclados con guardias de Asalto y algunos números de la Guardia Civil, completaban el cerco de los focos facciosos de la Plaza de Cataluña. Sólo el éxito de nuevas fuerzas facciosas procedentes de los cuarteles de San Andrés y los Docks podía despejar la situación de los sublevados. Estos efectivos debían converger y trabar contacto con las fuerzas con las fuerzas ya comprometidas. Su objetivo era el Gobierno Civil y el enlace con Capitanía General y Atarazanas. El proletariado confederal de la Barceloneta, unido a contingentes de la fuerza pública, defraudó completamente las esperanzas de las columnas de refresco, compuestas de regimientos de caballería y artillería. Los violentos combates librados en la Avenida de Icaria inclinaron el triunfo del lado del pueblo. En la lucha cuerpo a cuerpo quedó completamente resquebrajada la disciplina militar. Mezclados los soldados con el pueblo, no tardaron en sufrir su contagio, produciéndose inmediatamente una corriente de simpatía popular. Los soldados empezaron a romper las guerreras y a volver las armas contra sus jefes.

Numerosas piezas de artillería fueron capturadas por el pueblo. A partir de estos momentos empezó la contraofensiva revolucionaria. Los focos del centro de Barcelona quedaron pronto eliminados. Algunas baterías fueron emplazadas ante Capitanía General. Un requerimiento de rendición fue transmitido al jefe antes de abrir fuego. El general Goded, resistiéndose a dar crédito a realidad, contestó con órdenes drásticas de intimidación. Pero una salva de certeros cañonazos, disparada por artilleros improvisados hizo tambalear el edificio. Pocos momentos después, el cabecilla faccioso izaba bandera blanca. (1971, pp. 141-142)

Ese mismo día, Francisco Ascaso uno de los líderes más importantes del anarquismo catalán murió tratando de tomar el cuartel de las Atarazanas, la única posición que los fascistas retenían aun. Al día siguiente, cuando se supo en Madrid la noticia de la derrota de los fascistas sublevados, también el proletariado de la capital española se enfrentó a los facciosos tomando el Cuartel de la Montaña y derrotándolos en cuestión de horas, con un gran derroche de energía y valor. Poco tiempo después, la famosa Columna Durrutí partiría desde Barcelona para el Frente de Aragón, encabezada por el gran líder de la CNT Buenaventura Durruti y otros compañeros... La revolución española había comenzado, pero también la guerra incivil que se prolongó durante tres años.

Referencia

Peirats, José (1971) La C.N.T. y la Revolución Española. Ruedo Ibérico: Madrid. Tomo I.