A la memoria de Berta Cáceres

DEDICADO A LA INVALUABLE MEMORIA DE BERTA CÁCERES, CON TODO EL AMOR HACIA NUESTRAS QUERIDAS GENTES DE LA AMÉRICA AFROINDOLATINASAJONA Y CARIBEÑA QUE SOMOS Y SEGUIREMOS SIENDO

No puedo más que conmoverme hasta las lágrimas, al ver este conjunto de fotos, que nos muestran, por sí mismas, la singular conjunción del inmenso amor y el sincero dolor de todo un pueblo en la despedida a la líder lenca y ambientalista hondureñolatinoamericana Berta Cáceres, un hecho ocurrido este domingo 6 de marzo, en la localidad de La Esperanza, capital del pequeño departamento de Intibucá, en el noroccidente de Honduras, dentro de lo que fue un inmenso y desgarrador adiós a una líder amada y que los amó profundamente a todos ellos, un amor que los seguirá incluso más allá de su desaparición física, en lo fue además un profundamente conmovedor modo de despedirse de ella, como algo que fue constituyéndose en un enaltecedor acto que a diferencia de los funerales de los poderosos oligarcas, amos del poder y la riqueza desde tiempos seculares, no estuvo presidido por la curiosidad malsana de una multitud amorfa y desamorada, ni por el a veces indisimulado odio e incluso indiferencia, hacia quienes han sembrado tanto dolor en la vida de nuestras gentes, los pobres de la tierra con quienes José Martí quiso echar su suerte(en sus Versos Sencillos).

Las imágenes son también una muestra de la verdadera faz de los pueblos de la América Latina, con sus rostros e indumentarias lencas, mestizas y afrodescendientes garífunas que colmaron las calles de esa ciudad, dándole un particular colorido pleno de fuerza y vitalidad no sólo con su mera presencia sino también con su danza, su poesía y su canto, dentro de lo que se convirtió en una expresión inmensa y auténtica de su sufrimiento ante la pérdida de uno de sus conductores(as) más importantes, siempre desde lo más hondo de su larga e interminable lucha compartida por la defensa del agua y los recursos naturales de la región y en concreto en la defensa del río Gualcarque, la que terminó por costarle la vida a Berta Cáceres ante la codicia y la criminalidad de los intereses imperiales y oligárquicos, que no pudieron soportar las victorias de un pueblo, fruto de su indoblegable unidad e inmensa valentía y coraje.

Esos rostros que nos muestran las fotografías, muchas veces negados o ignorados, esos rostros negros o indígenas de los hijos auténticos de Abyayala o del África lejana, pero llena de resonancias y bellos recuerdos, que no aparecen en los noticieros ni en los programas de la televisión latinoamericana, son los que se nos muestran ahora, en un primerísimo plano, para decirnos que Berta vivirá para siempre en lo más hondo de sus corazones, transformando el dolor en el más profundo amor de los oprimidos (les damnés de la terre) hacia quien fue consecuente con su lucha y con el inmenso amor que dirigió sin reticencia alguna hacia los suyos, un amor al que se consagró hasta el último de sus días. Berta Cáceres vive en todos nosotros…

Fotografías: Giorgio Trucchi / Rel-UITA