Sindicalismo (Parte II)

Félix Prieto

Por otro lado encontramos algunos análisis posteriores que podríamos llamar como interpretaciones pesimistas. Estas se pueden seccionar en tres grupos:

 

1. Interpretación integracionista:

 

El mítico líder bolchevique Vladimir Lenin interpretó que los valores que Marx y Hengels vieron como puntos excepcionales en los sindicatos no representan en realidad ningún problema para el capitalismo. Una de las ideas que más reforzaba esta tesis era el hecho de que la lucha sindical se daba más a lo interno de cada grupo de trabajadores y sus respectivos intereses y no específicamente por y con la unión de los trabajadores como clase.

 

Lenin aducía que las organizaciones laborales solo podían generar una “conciencia tradeunionista” y luchar por mejorar sus condiciones pero nunca podrían trascender la hegemonía de la ideología burguesa. El creía que la política sindicalista de la clase obrera es precisamente la política burguesa de la clase obrera. Es por esto que los sindicatos, al ser capaces de alcanzar sus mejoras económicas dentro del marco capitalista, muestran una tendencia natural a integrarse al sistema.

 

2. Interpretación de la regla férrea de la oligarquía:

 

Otra caracterización importante fue hecha por Robert Michaels discípulo de Max Weber. Aunque distante de la tradición marxista, su estudio sugiere algunos elementos importantes a tomar en cuenta. Él sugirió que el sindicalismo a pesar de sus orígenes y objetivos democráticos y antiautoritarios, es tan propenso como otras organizaciones a conformar una oligarquía en el poder. Argumentaba que en general los funcionarios al haber desarrollado una pericia considerable, se hacen inamovibles o difíciles de reemplazar. Los miembros de las bases tienden a aceptar esta condición y los que están en cargos importantes tienden a hacerse propias las decisiones de la organización.

 

3. La crisis del capitalismo y la incorporación de los sindicatos:

 

En su análisis León Trotsky en el folleto ¿A dónde va Inglaterra? De 1925, afirmaba que los funcionarios estaban penetrados del espíritu burgués. Además, observó las formas más monstruosas de burocratismo precisamente en los sindicatos. Alegaba también que la burocracia sindical era la columna vertebral del imperialismo británico. En uno de los artículos que preparaba en el momento de su asesinato escribía: hay un rasgo común en el desarrollo, o para ser más exactos en la degeneración, de las modernas organizaciones sindicales de todo el mundo, su acercamiento y su vinculación cada vez más estrecha con el poder estatal.

 

El norteamericano Charles Wright Mills profundiza un poco en relación con el estrechamiento de los vínculos entre las burocracias sindicales y las instituciones de control del capitalismo. Dentro de sus ideas más importantes se encuentran los siguientes:

 

a. La cooperación negocios-trabajo dentro del lugar de trabajo: los sindicatos se integran parcialmente a la producción. Asumen gran parte del trabajo de la compañía con el manejo del personal y se convierte en el agente disciplinador de la base. Compañía y sindicato son agentes disciplinadores mutuos, y ambos disciplinan a los elementos descontentos entre los empleados sindicalizados.

 

b. Contratación colectiva madura: es la relación (esta se da mediante negociaciones) en la que los funcionarios sindicales y directivos no solo aceptan la existencia unos de otros sino que apoyan mutuamente sus objetivos.

 

c. Institucionalización del conflicto: una vez reconocidos e incorporados los sindicatos como componentes del entramado social se institucionaliza el conflicto a través de la contratación colectiva. En palabras de Ralph Dahrendorf: “el conflicto industrial se ha vuelve cada vez menos violento porque se ha aceptado su existencia y se han regulado socialmente sus manifestaciones.

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