520 años y una Historia de Terror

“En un X colegio se planteó, un día como cualquiera, hacer una obra de teatro para recordar el 12 de octubre de 1492, como el hecho de lesa humanidad que fue. Para ello, un profesor decidió escribir un drama llamado: “La Espada y la Cruz” que en su primer momento pretendía describir los hechos tal y como ocurrieron (exceptuando, por supuesto, los borbotones de sangre que hubieron en aquella época y las terribles violaciones sexuales hacia nuestras abuelas indígenas, pues como es obvio, había menores).

Al final, por órdenes de la “Madre Patria”, se decidió modificarlo un poco porque, cito textualmente: “No quiero que el evento y específicamente la representación teatral sea una apología o una demonización de la llegada de los españoles al continente americano que como todos sabemos es un asunto que sigue generando mucha controversia.”

El terror culminó en el acto cívico donde se presentaría la obra teatral (misma que no se presentó), bajo la supervisión del representante español (director) para cerciorarse que aquello no sería una apologética demonización del mayor genocidio de la historia.”

Apología significa, según la RAE, “discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo.” ¿En qué cabeza de ser humano puede caber la idea de celebrar un hecho tan macabro como fue la conquista de América?

La demonización es solo una parte del horror que vivieron aquellos seres humanos que fueron ultrajados de todas las formas posibles hace más de cinco siglos. Una horda de sanguinarios asesinos, violadores, delincuentes y retorcidos fueron los que llegaron a Nuestra América, insaciables de muerte, lujuria y consumismo egoísta.

Más demoníaco es ver el olvido y la invisibilización que hasta el día de hoy siguen viviendo nuestros pobladores originarios. La escuela, como aparato ideológico, es de las mayores responsables de tal delito. Hoy fui de negro, de luto, sin chistar durante un acto que era repulsivo y grosero contra nuestros ancestros y sus descendientes el día de hoy. Pero no lo olvido, y regresaré con aquellos millones junto a Túpac Amaru y Pa Bru Presberi.