Dícese que se dice de lo que pasa en la U

José Solano Solano

28 de Junio de 2016

Y que palabras van, palabras vienen. Informaciones llegan sin quererlo y muchos están detrás del palo, al menos a lo interno de la Universidad de Costa Rica, lugar donde parece se gestan nepotismos ahora escandalosos y matráfulas malintencionadas (o todo lo contrario según la perspectiva desde donde se mire). En todo caso, el último escándalo que gira en torno al nombramiento de la hija del rector Jensen deja mucho que desear. Y sobra decir que, lo que a continuación usted podrá leer, no es un ataque a la institución, sino que es un deseo de información sobre lo que está ocurriendo en el Alma Máter de muchos; que parece surrealista lo que se está denunciando por diferentes medios de comunicación, increíble viniendo de una universidad y en especial de la UCR. Habrá que empezarse pues, desde el principio.

 

Elena Jensen Villalobos es psicóloga graduada de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) en 2004, donde obtuvo su bachillerato. En esa misma casa de estudios obtuvo, en 2006, su maestría en la misma área. Posteriormente, en 2007, realizó un viaje (probablemente) a España donde llevó un curso de “Terapia de pareja, Sexología y Sistema Familiar” en la Universidad Complutense de Madrid. En 2010 obtiene su licenciatura en Psicología por la Universidad Iberoamericana.

 

De su experiencia laboral se tiene que trabajó en un consultorio privado entre 2006 y 2013. Dentro de ese mismo periodo trabajó en el poder judicial y en la Universidad de Costa Rica fue contratada como psicóloga para la “investigación en diferentes temas de actualidad como enfermedades hereditarias, consejo genético, así como apoyo docente en trabajos de TCU”. También trabajó en otra fundación llamada Tabeel. Todos estos puestos llegaron a su fin cuando en enero de 2013 fue contratada por la Universidad de Costa Rica como psicóloga del Centro Infantil Laboratorio (CIL), esto en un puesto docente [1]. Y aquí es donde empieza la novela.

 

Lo primero que cabría cuestionarse es: ¿cómo una persona graduada de una universidad privada consigue un puesto en la Universidad de Costa Rica y de paso obtiene una plaza a tiempo completo en cuestión de dos años? ¿En general, no existen bastantes psicólogos graduados de la UCR como para ocupar este puesto? ¿En particular, no existen ya numerosos psicólogos laborando en esa universidad, con mejores atestados, para ocupar el puesto en cuestión? ¿Cuántos psicólogos, con mejores atestados inclusive, no estarán deseando ese puesto de tiempo completo? Además, la malicia permite preguntarse: ¿Por qué se contrata a esta persona graduada específicamente de la UNIBE a sabiendas del conflicto existente por el tema del traspaso de los EBAIS a esta universidad privada? Sin embargo, es casi imposible que exista alguna relación entre la casa de estudios donde se formó la hija del rector y el posterior traspaso de los EBAIS que estaban en manos de la UCR a la UNIBE. Esto, de todas formas, no quita el curioso detalle del hecho.

 

El mejor referente sobre los sucesos acaecidos, es el amplio reportaje que apareciera en Semanario Universidad el 1 de junio del presente año [2]. De este se plantean, básicamente, las siguientes interrogantes: ¿Por qué desde la Vicerrectoría de Acción Social, dirigida en aquel entonces por Roberto Salom, cercano colaborador del rector Jensen, se hace el traslado de la plaza que ocupaba la hija del rector al CIL? Probablemente se buscaba la estabilidad de la ahora funcionaria universitaria, a pesar de que no ocurrió lo mismo con la directora de ese Centro Infantil, según consta en el mismo reportaje del Semanario, a pesar de contar con todas las calidades para ese puesto.

 

Volviendo al asunto que compete. ¿Por qué se hace el cambio de un medio tiempo de plaza docente a un tiempo completo de plaza administrativa? Es decir, no solo se aumenta el tiempo laborado a la hija del rector, sino que también, parece que el mismo Salom gestiona el cambio de esa plaza. ¿Cuál es el inconveniente? Muy sencillo, las plazas administrativas acceden a puestos en propiedad de forma bastante más expedita que las docentes, lo cual explica la condición de interinazgo de más de 4000 profesores universitarios.

 

Es más, para el momento de la transformación de esta plaza docente en administrativa, se encontraba otro medio tiempo en Trabajo Social en el CIL. Esto significa que existían dos medios tiempos: el de psicología, ocupado por Jensen Villalobos; y el de Trabajo Social. Como bien informa el Semanario, “la sección de Análisis Administrativo consideró “inconveniente” hacer la modificación en tanto esta significaba una desvinculación de las escuelas de Psicología y de Trabajo Social” [3]. El problema está en que solo se hizo la modificación en la plaza de psicología, no así en la otra, lo cual conlleva un evidente favorecimiento de una sobre otra.

 

También se logra demostrar que el cambio de la plaza, es decir, el aumento de tiempo de trabajo, se hizo con la “Partida de Servicios Especiales de la Rectoría”, la cual solamente es aprobada por el rector. Es decir, con conocimiento de causa, Henning Jensen, a través de su vicerrector, aprueba un presupuesto en beneficio de su hija. ¿Cuál es el alegato de Jensen? No muy convincentes las respuestas, pueden encontrarlas en los múltiples comunicados y entrevistas que se le han realizado al respecto.

 

Sin embargo, otras cosas llaman mucho la atención en este embrollo. La primera es: ¿por qué el fanático antiuniversitario Otto Guevara Guth no ha alzado la clamorosa voz ante un manjar como el que la familia Jensen le pone en bandeja de plata? ¿Por qué tanto silencio del diputado si no hace muchos meses no se cansaba de despotricar contra la universidad? La segunda es: ¿por qué ha solicitado el señor rector explicaciones a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Zarela Villanueva? Sobra recordar que los organismos de la Corte trabajan de oficio, por las denuncias presentadas en los medios, no por alguna formalmente realizada por el sindicato u otro ente institucional. La duda real que surge es: ¿entre tanto silencio será que llega una voz de lo más alto de lo alto en este pequeño feudo rohrmoseriano llamado Costa Rica? ¿Por qué calla Otto Guevara? ¿Por qué pareciera que Zarela Villanueva, según dicen, está investigando (y con posibles sanciones) la forma de actuar del OIJ al secuestrar información de la rectoría? ¿Quién puede tener tanto poder como para doblegar de esta forma a dos poderes de la República? Buenos amigos, dicen, siempre hay que tener.

 

Para finalizar, es interesante algo. En el comunicado del rector, fechado el 14 de junio de 2016, expresa que podrían alegar sus opositores que “la adquisición de la finca en Nances de Esparza para la Sede del Pacífico [se podría catalogar] como otro acto de corrupción del rector de la UCR”. Sin embargo, ¿por qué mencionar tal cosa? ¿Acaso hay razones para cuestionar este acto que pareciera ordinario? Enhorabuena la universidad crece. Para poder dudar del señor rector habría que poner en tela de juicio su accionar pero, a menos que el rector tenga alguna propiedad aledaña o cercana a la nueva finca donde se construirá la sede, comprada con anterioridad a la gestión universitaria, con el fin de venderla a un costo mayor a la misma universidad, no habría razón para dudar de su honorabilidad.

 

Luego menciona el ministro que su hijo obtuvo un octavo de tiempo en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, alegando que muchos insinuarían que se dio bajo las mismas extrañas condiciones de la hija. Sin embargo, no hay por qué dudar de ello pues, habrá de suponerse, siguió el debido proceso de contratación, es decir, bajo concurso de oferentes. Y alega también que podría tratar de dañarse la honorabilidad de su hijo al insinuarse que su titulación la obtuvo de forma irregular o por un “lavado de título”. Jamás. ¿Acaso existen posgrados universitarios donde se laven títulos? ¿Acaso hay posgrados donde los promedios de los estudiantes sean de noventas o cienes de corrido? Lo indigno sería suponer que una universidad como la de Costa Rica se presta a estas sinvergüenzadas con tal de obtener jugosos ingresos por concepto de matrícula y pago de carrera en sus posgrados.

 

Como podrá notarse, el objetivo de este artículo fue cuestionar, preguntar, indagar respuestas. Quedan, pues, en el tapete, esperando más explicaciones del señor rector. Esperando que las investigaciones abiertas a lo interno de la universidad den luz a este engorroso asunto. Esperando que haya claridad para los egresados y para la población costarricense que aún ve en la UCR, un recinto de transformación social, económica, política y cultural. No es difamar, es preguntar. Ojalá y las autoridades universitarias, los profesores y catedráticos, no se sientan ofendidos por lo aquí escrito. Ojalá y más bien se unan al clamor de la transparencia y la democratización de la información.

 

Notas

 

[1] Estos datos específicos salieron de información suministrada a este medio, de los cuales se posee copia de perfiles de redes sociales donde Jensen Villalobos hace constar sus atestados académicos. Parte de la información obtenida puede ser contrastada con el artículo de la nota 2.

[2] Núñez, María y Córdoba, Javier (2016, 1 de junio) Crisis en dirección del Centro Infantil desata polémica sobre actuación de Henning Jensen. Semanario Universidad. Recuperado de: http://semanariouniversidad.ucr.cr/universitarias/crisis-direccion-del-centro-infantil-desata-polemica-actuacion-henning-jensen/

[3] Ibíd.

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