Dos mujeres y un Castillo

José Solano Solano

7 de Noviembre de 2015

Dos mujeres se casaron de manera civil en la mojigata Costa Rica. Los reaccionarios que se refugian en su doble moralidad cristiana evangélica y apostólica romana, están desgarrando sus vestiduras como lo hiciera Caifás hace unos dos mil años. Se las desgarran con más dramatismo que la historia de Romeo y Julieta porque, mientras se autoflagelan en este momento frente a lo que consideran una especie de sodomía, por otro lado se siguen cometiendo injusticias de primer orden que afectan los derechos fundamentales. Aquí el problema no es el matrimonio en sí, el problema es que dos mujeres se aman y eso, para los retrógrados moralismos del fundamentalismo, implica cambios profundos en las perspectivas sociales, culturales y filosóficas que se están construyendo.

 

Por un lado se ataca al notario, el licenciado Marco Castillo quien, asumiendo una posición de absoluta legalidad, casó a un “hombre” con una mujer, o al menos así aparece en el Registro Civil e incluso puede “verificarse” en las fotos y video de la boda. No hay burla, no hay ilegalidad, no hay mala fe. El único daño que existe es a la falsa moralidad conservadora, cristiana e hipócrita de esos acólitos de la ignominia y de la fantochería religiosa y legalista.

 

Por ejemplo, afirma Guillermo Sandí, Director de Notariado, que “un notario público es un contralor de legalidad y debe verificar que lo que haga esté ajustado a las leyes […] teniendo conocimiento de que las personas que casa son del mismo sexo”, sin embargo, Castillo asevera que él casó “a un hombre y a una mujer”, puesto que los certificados del Registro Civil aparecen “como un hombre y una mujer” [1].

 

Por lo tanto, aquí no hay ilegalidad. Lo que se ha visto en las imágenes de la feliz pareja en el día de su matrimonio, es a un “hombre” y a una mujer (entiéndase esto a nivel discursivo claro está). Si, como dice Castillo, a él lo “engañaron”, eso es otro asunto, pero él casó a dos personas que, según los registros, corresponden a sexos opuestos. Aquí no hay dolo del notario pues todo se hizo apegado a la legalidad del Estado. Lo que sí ocurre, como se dijo, es una persecución en contra de quien, en el cumplimiento de su deber, se aprestó a realizar el acto nupcial. Si la absurda legalidad costarricense abrió un vacío que las recurrentes aprovecharon, pues implica que el problema es institucional, no un asunto del derecho universal como tal.

 

Por otro lado se ataca a la pareja ahora casada, pues esta corre el riesgo de que se anule su matrimonio. ¿Pero hasta qué punto es, lo alcanzado, un derecho adquirido y que ahora pretende ser arrebatado? ¿Será que la falsa racionalidad de la ley y de los juzgados pretenderá violentar un derecho humano tan fundamental como es formar una familia? No sería de extrañarse, las leyes y la institucionalidad del Estado son bobas, ilógicas, contradictorias, en suma tontas. Nuevamente, el Estado, a través de la defensa de sus falsos valores enmascarados por el velo religioso, pretende sesgar la libertad, el derecho a ser y tener, a decidir sobre su futuro para dos mujeres que, simple y llanamente, decidieron amarse.

 

Desde este espacio, no queda más que solidarizarse con el abogado Marco Castillo y con la joven pareja de Laura y Jazmín, quienes decidieron unir sus vidas según lo establecido por el derecho. Precisamente esto marca un avance en materia de derechos humanos, un paso más hacia una sociedad igualitaria y libre. Y aunque sea contradictorio, es un paso más adelante para ir destruyendo la vieja institucionalidad colonial que sigue aferrada en la cabeza de las personas y que se expresan a través de la homofobia, la discriminación, la burla, la intolerancia y ese otro montón de valores anticristianos que salen como lenguas de fuego de, precisamente, esos que se hacen llamar cristianos, mientras citan pasajes falaces, se dan de golpes en el pecho y se contradicen con el supuesto amor que profesan sus creencias.

 

Esas ambigüedades habrán de desterrarse. La sociedad solo tiene un norte y este es avanzar. Es hacia delante donde se encuentra el halo de luz, de libertad. Atrás habrán de quedar las iniquidades, la maldad, la injusticia. Habrá que acabar con los absurdos, con las contradicciones, habrá que acabar con todos los obstáculos que impone la ley, el Estado y la fe.

 

Felicidades a Jazmín y a Laura. Solidaridad con Marco Castillo.

 

Nota

 

[1] Cerdas, D. (2015, 6 de noviembre) Notario se expone a suspensión por casar a dos mujeres. La Nación. Recuperado de: http://www.nacion.com/nacional/Notario-expone-suspension-casar-mujeres_0_1522647739.html 

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