El hombre trascendente

José Solano Solano

5 de Junio de 2013

Las dos semanas anteriores hablaba muy superficialmente de filosofía con mis estudiantes. Esta no es mi área académica pero, por azares del destino, me corresponde impartir una pincelada. El tema llegó hacia la discusión acerca de la verdad. Decían ellos que existían numerosas verdades, lo que demuestra un concepto muy posmodernista, lo que se podría decir, un “todo se vale”.

 

Es por ello que les hablé de los seres humanos trascendentes. Estos son aquellos que se atreven a lo que alguna vez llamé: ser más. [1] Y ser más significa entrega total, darse a los demás. No todos lo logramos plenamente, pero otros sí son capaces de esa infinita acción de amor. Los ejemplos de la historia nos demuestran la verdad: la incesante búsqueda por un mundo mejor, más humano, más inclusivo, más solidario, más lleno de amor.

 

El sistema actual impide, por su misma naturaleza, la creación de este mundo añorado, es por ello que algunos buscamos cambiarlo. En esas vías por el cambio, algunos toman grandes decisiones, tal es el caso de Jairo. Otros no tenemos su coraje, a veces escribimos para liberar un poco esas tensiones que ansían la justicia, o bien, marchamos por las justas causas. Pero ese paso decisivo, es paso esencial, muy pocos lo dan.

 

Lo anterior es lo que comentaba en clase. Hay personas que pueden darlo todo porque, quizás, están viendo esa verdad que a las mayorías nos ha sido vedada. A otros como Jairo también los mataron, o los encerraron en manicomios, o los excluyeron de la vida social, o los desaparecieron. Esos que se acercan a la verdad son los incómodos, los que atentan en contra del sistema mundo, en contra de la Globalización, en contra del poder hegemónico.

 

Jairo Mora no murió. Vive desde ahora eternamente. Resucita todos los días, en cualquier parte del mundo, en cada espacio del planeta donde se levante una bandera de libertad o un grito de justicia clame por otra vida cegada por el capital. Es ahora un ejemplo más a seguir, de entrega absoluta.

 

Jairo Mora trasciende su propia humanidad, dejó de ser una persona que camina por el mundo, como conectado a la matrix. Él logró desconectarse de esta pseudo realidad. Logró ver más allá de este mundo material, de este mundo enajenado, complaciente, apático, pasivo. Él hizo la Revolución o la continuó donde aquellos otros la dejaron: Gil Tablada, Viviana Gallardo, María del Mar, Oscar, Jaime y David, y otros más que no se mencionan, pero que dieron todo por esta Patria que hoy llora por la muerte de uno de los mejores.

 

Gracias Jairo. Una nueva estrella brilla hoy en la pelea mayor. Un Hombre Nuevo nos dejó físicamente, pero se quedó su espíritu de libertad. Allá, donde quiera que vayas, habrá otros como tú, con brazos abiertos, felices de recibirte.

 

POR ÉL

 

Hoy te hallaron

con la vida eterna

fulminado por la cobardía

del decrépito sistema

que asesina a quien sueña.

 

Te fuiste amando

entre el plomo de las balas,

maniatadas las esperanzas

de un mundo nuevo

tan lejano, tan cercano.

 

Hermano, compañero,

te llevaron sin concluir

tu sideral paseo

en esta Vía Láctea

del mundo en guerra.

 

Ajeno y cercano

hoy te llevaron

en un vuelo de tortuga,

por la corriente marina

del caparazón rojo.

 

Amante sincero,

Hombre sin nombre,

solo Jairo Mora,

quizás para los amigos,

y una reseña en los noticieros.

 

Los silbidos desplegaron

su llanto de la muerte

en la valentía aguerrida

de aquellos anteriores,

ejemplos verdaderos,

y hoy eres uno de ellos.

 

Notas

 

[1] Solano, José (2012). Cuando el ser deja de ser. Un pensamiento filosófico en tiempos de cambio. En: http://www.equipocritica.org/reflexion-editorial/editoriales-anteriores/cuando-el-ser-deja-de-ser-un-pensamiento-filos%C3%B3fico-en-tiempos-de-cambio/

CONTÁCTENOS

equipocritica@gmail.com

PUBLIQUE EN EquipoCritica.org

redaccion.equipocritica@gmail.com