El Origen de las Desigualdades. Una Implementación Curricular

José Solano Solano

21 de Setiembre de 2012

El papel de la escolarización es la alienación. Esta puede ser entendida como aquellas ideas que buscan crear un alejamiento en las personas respecto a sus problemas reales. La alienación pretende que el ser humano pierda su humanidad, transformándolo en un ser individualista y consumista que se aparte de su realidad opresiva con el fin de seguir manteniendo el sistema de dominación social. Por medio de esta alienación es que el sistema educativo se mantiene como el germen de la legitimación de la Globalización y de todo su engranaje excluyente y represivo.

 

Por lo tanto, el sistema educativo está creado para dominar por medio de ideas implícita y explícitamente implantadas desde la formación prescolar hasta la universitaria. Su función es la asimilación de verdades contradictorias y supuestas de los grupos dominantes que buscan controlar a las grandes mayorías. Lo que plantean estos grupos es la plena adaptación de las masas (cosificadas) a su proyecto enajenante por medio de la formación de los valores burgueses liberales so pretexto de un discurso plagado de libertades e igualdad inexistentes.

 

Dentro de ese esquema cuadrado que no da pie al análisis ni la interpretación del contexto histórico, social, político y económico, se le plantea al educador un dilema que va más allá del simple bla, bla, bla o del dos más dos es cuatro.

 

En un contexto opresivo de una sociedad en crisis, el educador se debe perfilar como partícipe de las acciones transformadoras junto con el educando, en un proceso inacabado de acción política y cultural. Hombres y mujeres nuevos es la meta de la nueva sociedad en construcción. Educadores revolucionarios contra la sociedad enajenada, dormida y embrutecida por las ideas alienantes y las fuerzas incontenibles del capital. El educador debe ser, pues, agresivo en sus acciones pedagógicas. Esto significa que debe enfrentar al educando con su propia situación existencial en un mundo desigual, cruel, violento y en crisis. Contextualizarlo en la realidad sociohistórica que lo ha mantenido alejado de su posición en el mundo para satisfacer los perversos intereses del poder hegemónico mientras vive un escenario de apariencias y sin una consciencia de clase definida.

 

El origen de esta alienación es la desigualdad socioeconómica legitimada inconscientemente por las masas oprimidas e implantada por el poder dominante como recurso de control hegemónico sobre la población.

 

En el tanto el educador pueda comprender su situación en el mundo, ser uno más con el mundo y su educando, mientras tome consciencia de su existencia de su situación dialéctica conflictiva con la opresión por causa de la desigualdad y se posicione como uno que lucha con el otro y por el otro, entonces se está educando progresistamente y contra el sistema imperante.

 

Después de su toma de consciencia, el educador debe plantear las situaciones opresivas a sus educandos y que ellos las puedan analizar y criticar con el fin de reconstruir su mundo hacia algo mejor. La tarea es, por lo tanto, reafirmar el contexto excluyente y decadente para emerger en un ser humano revolucionario, lleno de amor y solidaridad que pueda ser capaz de llevar a la praxis su toma de consciencia y generar así las grandes transformaciones para crear y recrear una sociedad igualitaria y más humana.

 

El educador debe replantearse la tarea de la escuela como parte del programa dogmático del sistema, debe desestructurar y transformar su mismo mundo antes de colaborar a sus educandos en los cambios del suyo. Si no existe un educador revolucionario capaz de afrontar al sistema económico capitalista e imperialista, es imposible que las relaciones humillantes de desigualdad puedan ser derrotadas para comenzar la sociedad nueva e ideal.

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