Jairo Mora Sandoval y la escatológica ira 

José Solano Solano

28 de Enero de 2015

Repudio, asco, ira. Sí, mucha ira. Esa que retuerce las entrañas. En estas palabras degenera lo que busca ser humano en quien escribe. Que siente impotencia y locura desenfrenada, enfrentadas al mismo tiempo, en los pensamientos, en el estómago, en el corazón. Sensaciones que casi buscan escapar con lágrimas tras las bastardas palabras de un fallo judicial. Esos, y muchos más, son los sentimientos que se despiertan al conocer que los imputados en el caso de Jairo Mora Sandoval salieron libres, a pesar de que en las escuchas telefónicas confiesan su crimen. [1]

 

Es por todo esto que, para quien escribe, no puede existir nada más que absoluto desprecio. Ese desprecio es contra el Estado costarricense, contra sus leyes, contra su afamada justicia, contra su democracia, contra su gobierno y contra todo su sistema político y económico. Y esto va más allá de una simple ira momentánea, estos pensamientos desbordan la coyuntura histórica en la que se desencadenaron los hechos. Es la idea que está, que vive, que se crea y recrea constantemente. Es, nuevamente, la del más absoluto desprecio al orden establecido: su violencia, su terrorismo, su indiferencia. Es el desprecio que grita vida en medio de la muerte, libertad entre cadenas.

 

Los sucesos que acaecieron sobre la vida de Jairo Mora Sandoval tienen causales profundas. Esto no fue una simple maquinación de ladrones de huevos. Es un hecho que va más allá de lo simple, de lo expiatorio. Tiene ramales pútridos que envuelven la política de este país y los intereses económicos internos y externos. Nada es casualidad. El gobierno sigue afanado porque se avale la refinería China, la cual se construirá en Moín [2]. Al mismo tiempo, se impulsa a golpe de tambor la construcción del megapuerto por parte de APM Terminals en -qué casualidad- Moín, a pesar de que existen estudios serios que indican su inviabilidad [3]. De la misma manera que han existido intenciones de construir una gran marina turística (pudiendo llegar a ser de las más grandes del mundo), cuyo principal impedimento ha sido “el desove de tortugas”, aunque la propia SETENA le dio luz verde al megaproyecto. [4]

 

Jairo Mora Sandoval era un estorbo para el poder que está detrás de todos estos proyectos multimillonarios. Acabar con este gigante era menester porque estaba probada la existencia del desove de tortugas, principal impedimento, por más que SETENA y otros organismos estatales afirmaran lo contrario. Lo que no previeron estos infames especuladores del ambiente y de la economía de mercado era que, aun muerto, Jairo les estorbaría mucho más. Arriba, pues, están los culpables. Los pendejos llevados a juicio solo fueron los chivos expiatorios, pagados con la suciedad de algún dinero fácil, proveniente de arriba, del Estado y su paralelo. Es la sacrosanta mano invisible que mueve los hilos del poder, que vio en este joven un temible adversario, aquel que denunció en múltiples ocasiones el robo de huevos de tortuga. [5]

 

¿Y cuál es la relación de esos huevos, los megaproyectos y Jairo Mora Sandoval? Muy sencilla: en Moín ha habido desde siempre desove. La tortuga marina está protegida internacionalmente y Costa Rica se ha adherido a estos convenios con rango superior a la ley. Para que los megaproyectos en esta zona de Limón pudieran llevarse a cabo, era necesario que se demostrara la inexistencia de desove en este lugar. Esto se hizo patente en un documento aportado al expediente administrativo por el proyecto de la marina, en el cual se afirma que “En cuanto a la fauna asociada, especialmente la de origen marino, de acuerdo con una entrevista sostenida con el Ing. Edwin Cyrus, Director del Área de Conservación La Amistad Caribe, esta zona (de Moín) no alberga sitios de importancia para anidación de tortugas marinas.” [6]

 

Sin embargo, el hecho de que Jairo Mora patrullara todos los días la costa de Moín, indicaba fehacientemente la existencia de tortugas, hecho sobradamente demostrado en los estudios científicos de la región. Por otro lado, el robo de huevos de tortuga también demostraba el hecho. En Moín, los ladrones de huevos delinquen sistemáticamente, debido a la nula protección del lugar (salvo los que, como Jairo, hacían los trabajos de vigilancia). Esto conlleva a una disminución del desove, lo que no implica su eliminación completa, razón por la cual el joven hacía sus patrullajes con el fin de eliminar el robo.

 

¿Premeditadas estas acciones tal y como se han señalado? No hay forma de probarlo. No hay forma de decir que esto sea planificado por esos poderes mencionados, pero sí queda claro que se ven beneficiados por dichas acciones. Hay, además, un pecado de omisión por parte de las “autoridades” del Estado, a pesar de las múltiples denuncias. Este odioso silencio solo beneficiaba (y lo sigue haciendo) a los megaproyectos del lugar y a los que gobiernan por añadidura.

 

En suma, al disminuir el desove se puede justificar cualquier proyecto económico, salvaguardándose cualquier amenaza de los convenios de protección medioambientales, de esto último se encarga la simoníaca SETENA. Todo esto explica la muerte de Jairo Mora Sandoval: único eslabón que impedía la destrucción del hábitat de Moín para beneficiar los enormes intereses económicos (que ascienden a casi los cinco mil millones de dólares) que penden sobre esta costa.

 

Por todo lo anterior, es que las inmundicias pululan por cada orificio del Estado, de los grandes intereses económicos, de cada uno de los gobernantes que sientan su esfínter en las sillas del poder para beneficiarse y beneficiar a los verdaderos detentadores. Esto es, por lo tanto, un vomitivo. ¿Y los responsables? Siguen en sus lujosas casas, siguen defecando leyes, ejecutándolas. Contratan sicarios, inhalan cocaína mientras la trasiegan bajo la complicidad de las altas estructuras del poder y sus aparatos represivos. Ahí están, viendo por la televisión el bochorno de un juicio espurio y servil. Luego salen por esa cajita arremetiendo contra su monstruo, actuando y gesticulando lamentación e indignación.

 

Es la patraña, la mentira, la bazofia, el espectáculo. Es el Estado y su enorme capacidad para secuestrar, desaparecer y asesinar. Y para ello cuenta con sus narcos, sus sicarios, sus leyes, sus policías, sus paramilitares, sus gobernantes, sus jueces, sus capitales económicos. Toda su basura reunida en 51.100 kilómetros cuadrados de tierra mientras millones siguen pagando, conscientemente o no, su putrefacción. Y sí, esto está escrito con rabia, mucha rabia, odio quizás.

 

Notas

 

[1] Chinchilla, D. (28 de enero de 2015). Absueltos por muerte de Jairo confesaron crimen. Diario Extra. Recuperado de: http://diarioextra.com/Noticia/detalle/251513/absueltos-por-muerte-de-jairo-confesaron-crimen


[2] Sequeira, A. (13 de enero de 2015). Luis Guillermo Solís ordena a Recope retirar demanda por refinería china. La Nación. Recuperado de: http://www.nacion.com/nacional/gobierno/Solis-Recope-retirar-demanda-refineria_0_1463253697.html


[3] Varias organizaciones. (2014). Comunicado público contra la concesión a APM Terminals en Moín. Recuperado de: http://www.equipocritica.org/analisis-de-la-realidad-nacional/comunicado-publico-contra-apm-terminals/


[4] Camacho, A. (1 de setiembre de 2013). Marinas turísticas no logran levantar ánimo de inversionistas. El Financiero. Recuperado de: http://www.elfinancierocr.com/negocios/marinas_turisticas-proyectos-cimat-ict_0_364163603.html


[5] Miranda, H. (1 de junio de 2013). Defensor de tortugas asesinado suplicó por patrullaje en Limón. La Nación. Recuperado de: http://www.nacion.com/sucesos/Defensor-tortugas-asesinado-patrullaje-Limon_0_1345065502.html


[6] Álvarez, M. (2013). Moín: megaproyectos o tortugas. Recuperado de: http://www.feconcr.org/doc/jairo/Moinentremegaproyectosytortugas.pdf, p. 4

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