La Caja de Pandora: es hora de liberar la esperanza

José Solano Solano

9 de Febrero de 2014

Pandora fue la primera mujer creada por los dioses. Tenía los dones más bellos y preciados. Esos mismos dioses le dieron un regalo: una caja. En ella se encontraban todos los males que podrían aquejar a la humanidad, como las enfermedades, la corrupción, las desgracias. Pandora, además, fue bendecida con el don de la curiosidad. Sin embargo, ese don fue su mayor maldición, pues se le prohibió abrir la caja, mas no obedeció y todos los males salieron para asolar a los seres humanos y cuando Pandora se percató de su error la cerró inmediatamente, pero era demasiado tarde. Aun así, no todos los “males” salieron, se quedó una: Elpis, la diosa de la esperanza, la cual no pudo escapar.

 

La esperanza es ese mal que más preocupa a los dioses, a los amos del poder. Por eso, quizás, fue la última que intentó salir de la caja y no pudo. Escapó la miseria, la corrupción, la desigualdad, el egoísmo. Todos esos males que caracterizan a los dueños del mundo, que los perpetúan desde hace siglos y que impiden a la esperanza emerger. Eso tan peligroso no debía escapar, porque eleva consciencias, llama a las revueltas y a la desobediencia, estremece los cimientos del poder hegemónico.

 

Fue así como la curiosidad de un Pandora moderno liberó los males ocultos que poco a poco venían destruyendo la Seguridad Social en Costa Rica. Ese Pandora se llama Pablo Ortega y se atrevió a destapar aquello que estaba prohibido: la crisis de la Caja Costarricense del Seguro Social. Nadie quería desnudarlo, los dioses de aquel Olimpo de Zapote y Avenida Segunda lo ocultaban, mentían, falseaban y corrompían. Y sin embargo, a pesar de todo, la esperanza sigue ahí, encerrada. La población no se moviliza, quizás espera, aunque lo más probable es que siquiera sabe las profundas implicaciones que trae la no defensa de la Caja.

 

Defender la Caja es una prioridad de primer orden. Aunque estuvo en la agenda de discusión electorera, difícilmente exista una intervención realmente profunda sobre la Seguridad Social. La eliminación de las juntas directivas y su presidencia ejecutiva es fundamental. Crear en lugar de ello una asamblea ciudadana elegida desde las Juntas de Salud, podría ser una solución. El problema está en que, como bien se plantea en el documental, por más dinero que se le pague a la Caja por concepto de morosidad, no habrá una mejora en la calidad del servicio, si siguen existiendo los tentáculos del poder económico adheridos a los puestos politiqueros de nombramientos a dedo.

 

La solución es solo una. Lo irremediable de seguir bajo esta premisa, de desmembramiento de la institución, terminará con el fin de la afamada paz social costarricense. Pero de esto, ya se ha hablado mucho. Quizás, por ahora, lo prioritario sería llevar la Caja de Pandora a las comunidades y destaparla en esos lugares, con el fin de que la esperanza escape y se quede en los corazones de los asegurados para salvarla de la debacle actual.

CONTÁCTENOS

equipocritica@gmail.com

PUBLIQUE EN EquipoCritica.org

redaccion.equipocritica@gmail.com