La educación dual. Apuntes sobre su concepción práctica para Costa Rica

José Solano Solano

9 de Agosto de 2015

El desarrollo de la educación costarricense ha pasado por etapas históricas que responden al sistema de producción imperante y no necesariamente a los intereses de los estudiantes que están vinculados a este proceso. Así debe entenderse desde la Reforma educativa de Mauro Fernández en 1886 hasta la promulgación de la Ley Fundamental de Educación en el periodo también reformista de Uladislao Gámez. Pareciera ser que, de la misma forma, el proyecto de ley sobre la regulación de la educación dual vendría a ser el fin de la saga trilógica de la reforma costarricense.

 

Quizás, las dos reformas anteriores no tuvieron un impacto tan fuerte en el devenir de los acontecimientos, especialmente porque fueron redactadas en periodos “suavizados” de la dominación del capital, esto es: el liberalismo decimonónico y la socialdemocracia del Estado benefactor. Sin embargo, la reforma dirigida a la instauración de la educación dual se está haciendo en un estado de cosas totalmente diferente, donde el capitalismo gobierna de forma más agresiva y donde el mercado predomina la esfera lo público y lo privado.

 

Sobre estas ideas parte un primer análisis al proyecto de ley para la regulación de la educación o formación profesional-técnica en la modalidad dual en Costa Rica, bajo el numeral 19019 y que tiene pretensiones de ser aprobado próximamente por los diputados, especialmente por aquellos de la derecha recalcitrante. He aquí la necesidad de demostrar los vacíos, la manipulación y las inconsistencias de este proyecto. Es necesario crear el grito de alerta por las intencionalidades que esto conlleva.

 

Concepto y discusiones imperiosas

 

La educación dual consiste, básicamente, en la implementación de una práctica educativa paralela a su proceso de formación teórico-técnica. Esta se haría mancomunadamente entre la institución educativa y la empresa que requiera y aplique para este servicio. Según El Financiero, “un estudiante destinaría dos terceras partes del tiempo de aprendizaje a la práctica” [1]. De ser cierto esto –puesto que el proyecto no es explícito al respecto–, ¿en qué momento los estudiantes realizarían sus actividades académicas? En primer lugar, ¿existirían sus asignaturas académicas y aquellas que implican su integralidad (arte, filosofía, psicología, orientación) o solo recibirían formación técnica como en el INA? ¿Cómo adaptaría el MEP la situación de los docentes académicos en estos colegios? Esto solo por empezar.

 

La educación dual nace en Alemania, país donde parece haberse implementado por primera vez y que es uno de los grandes propulsores de este proyecto a nivel latinoamericano, según consta en el estudio de Isabel Araya (2008) donde, para 1998, “el  50%  de  los estudiantes  de  18  años  estudiaba  en  el sistema dual, el 19%, en escuelas profesionales a tiempo completo y el 31% en escuelas generales” [2].

 

Sin embargo, todo tiene sus bemoles. Por ejemplo, afirma Gerardo Barboza para Semanario Universidad, que la implementación de la educación dual es otro programa importado por Costa Rica que, como siempre ocurre, no se contextualiza a la realidad histórica, social, cultural ni económica del país. A esta importación se pueden incluir otros programas similares que no muestran mayores éxitos en materia educativa: el Plan Nacional de Inglés, los programas contra la repitencia, tal es el caso del famoso “adelante y arrastre” de materias o el épico: Ética, estética y ciudadanía.

 

Pero siguiendo a Barboza, quien hace referencia a un documento chileno titulado Formación Dual: un desafío para Chile (del cual existe la versión criolla titulada Formación Dual: un desafío para Costa Rica, de la exministra de comunicación Mayi Antillón [3]), “la experiencia señala que los patrones de funcionamiento del Sistema Dual Alemán son propios de un país altamente industrializado que posee fuertes asociaciones empresariales y que sólo pueden comprenderse en el contexto histórico-cultural de las tradiciones alemanas que difícilmente se replican en otro escenario” [4].

 

Como bien afirma Barboza, el seguimiento de este tipo de reformas (al igual que sus lamentables predecesoras ya mencionadas), no garantizan mejoras verdaderamente significativas a nivel de educación, pues se centran en meras capacitaciones formativas de mano de obra para las empresas. En todo caso, los países como Costa Rica no cuentan con las tradiciones históricas, culturales, sociales ni mucho menos educativas para implementar una formación dual, ni desde su institucionalidad, ni desde sus características macroeconómicas, ni mucho menos desde sus estructuras productivas. Absurdo es, otra vez, importar medidas funcionales para los países desarrollados, mas esto es pura apariencia incluso para Alemania.

 

Según Carmela Negrete para eldiario.es, el modelo alemán de educación dual no garantiza a los jóvenes la estabilidad laboral añorada. Todo lo contrario, se convierte en un esquema de inestabilidad y de explotación laboral sin precedentes para un país que se jacta en ocupar el cuarto puesto de desarrollo económico a nivel mundial. Entre los casos destacados se encuentra la necesidad de buscar empleos adicionales pues, -a diferencia de lo establecido en el proyecto costarricense-, en Alemania se paga unos 500 euros mensuales a los estudiantes, pero esto no es suficiente para vivir allá. También muchos trabajan jornadas muy largas (el 40% hace horas extra) e incluso necesitan trabajos adicionales; al graduarse, no hay garantía de que serán contratados de forma estable en la empresa [5].

 

Sobre esto último (garantía de estabilidad laboral posgraduación) es importante destacar que es relativo y no se diferencia del modelo ya existente en el país, el famoso “periodo de prueba” que se aplica sobre todo en las zonas francas costarricenses. Según el grupo Academia de Costa Rica, los estudiantes-aprendices-trabajadores, “al final de su aprendizaje tienen una alta probabilidad de ser contratados a tiempo completo” [6], pero no necesariamente ocurriría así pues depende de las condiciones propias del sector industrial, principalmente de las productivas; por ejemplo, si se está en etapa de mayor o menor producción así será la demanda de mano de obra, tal y como ocurre a finales y principios de año.

 

En resumen

 

La educación dual no garantiza un empleo seguro a los estudiantes que pasan el proceso de formación, pero sí beneficia sobremanera al sector industrial que lo está impulsando. No mejora necesariamente las condiciones de vida de los jóvenes durante y después del proceso. La competencia técnica y el crecimiento del sector productivo no necesariamente corren al mismo ritmo ni de la mano, tanto por cuestiones de estrategia estatal como de la propia competitividad del mercado laboral. Implica una pauperización de un sector con dificultades económicas que, más engañados que con expectativas reales, han accedido a la educación técnica sin conocer la realidad del mercado laboral.

 

Lamentablemente, gran parte de estos jóvenes son personas con enormes capacidades que se están perdiendo en la educación técnica sin probabilidades reales de crecimiento. Muchos de ellos no están accediendo a la educación superior a pesar del éxito que pudieran lograr como profesionales.

 

Existen también, algunos vacíos que no están claros sobre el manejo que se haría a lo interno del Ministerio de Educación Pública en cuanto a currículum y la situación docente actualmente contratada en colegios técnicos. Sin embargo, este fue solo un primer acercamiento que, irremisiblemente conlleva darle continuidad, principalmente en aquello que esconde los fundamentos teóricos, metodológicos, curriculares, jurídicos y socioeconómicos. Pero esto queda como invitación pendiente para próximas reflexiones.

 

Notas

 

[1] Rodríguez, Andrea (2015, 7 de junio). Costa Rica desaprovecha modelo de educación dual. El Financiero. Recuperado de: http://www.elfinancierocr.com/economia-y-politica/edudacion_dual-costa_rica-contratos_de_aprendizaje-alianzas_publico_privadas-fifco-INA-colegio_tecnico_de_santa_ana_0_750524969.html

[2] Araya, Isabel (2008). La formación dual y su fundamentación curricular. Educación, 32(1), p. 49. Recuperado de: http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/educacion/article/view/523/551

[3] Antillón, Mayi (2009, 8 de setiembre). Formación Dual: Un Desafío para Costa Rica. La República. Recuperado de: https://www.larepublica.net/app/cms/www/index.php?pk_articulo=28894

[4] Barboza, Gustavo (2009, 21 de octubre). Formación dual: ¿otra copia más? Semanario Universidad. Recuperado de: http://semanariouniversidad.ucr.cr/opinion/formacin-dual-otra-copia-ms/

[5] Negrete, Carmela (2013, 3 de julio). La otra cara de la formación profesional dual alemana. Eldiario.es. Recuperado de: http://www.eldiario.es/internacional/cara-formacion-profesional-dual-alemana_0_149435794.html

[6] Academia de Centroamérica (2015). La formación dual como una opción al desempleo. Recuperado de: http://www.academiaca.or.cr/wp-content/uploads/2015/06/PV-02-15.pdf

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