Un análisis en torno al proyecto país de la Coalición

José Solano Solano

22 de Febrero de 2013

Introducción

 

Desde una posición ideológica socialista, con matices de idealista, es difícil imaginar una coexistencia de mercado versus interés público o colectivo. Sin embargo, para realizar un análisis de las posibles coaliciones de carácter inclusivo que se están gestando en el país, es necesario, en la medida de lo posible, alejarse de ciertas cuestiones lógicas y de posturas científicas sociales, para, desde el plano idealista, tratar de aterrizar algunas disyuntivas que proponen los movimientos sociales.

 

Aquí se plantean algunas ideas sobre las propuestas de la Coalición popularmente conocida como de “Río Segundo” y del Frente de Acción Unitaria, organización ciudadana que ha plasmado sus planteamientos en el documento Gente viviendo con dignidad.

 

Percepción sobre el proyecto país

 

Los encuentros y documentos que hasta el momento han aparecido son una herramienta valiosa en la construcción de un proyecto país. En mayor o menor medida, lo que plantean las propuestas es loable y progresista en muchos amplios sentidos. No se desmerita en nada el trabajo consciente de los actores sociales que comparten las ideas planteadas como una posible vía para el país. El análisis que a continuación se expone no busca traerse abajo las posturas expuestas, sino abordar algunas problemáticas que pueden ser importantes de analizar para enriquecer los proyectos o al menos que planteen interrogantes entre las personas que sustentan las propuestas.

 

Ejes de análisis

 

Convivencia

 

El eje central de la propuesta Gente viviendo con dignidad se fundamenta en la convivencia. Sin embargo, es importante señalar que, desde el punto de vista liberal burgués (tejido sociohistórico costarricense), la convivencia siempre se va a ver empañada y tensionada por las relaciones de desigualdad socioeconómica entre opresores y oprimidos. Por lo tanto, ¿cómo se logra la convivencia cuando los intereses de pocos prevalecen sobre los de muchos?

 

En este mismo sentido, las propuestas llegan a encerrar una contradicción cuando se afirma que “Para refundar el Estado y darle una orientación al servicio de las mayorías populares se requiere de un profundo espíritu democrático.” (FAU, 2012, p. 4) Es decir, ¿cómo se puede plantear una ruptura del sistema en un ámbito de plena convivencia cuando unos pocos no soportarían la adaptación a un clima de mayor igualdad social? Valdría la pena, en este caso, analizar la experiencia socialista venezolana. ¿Cómo podría sostenerse un proyecto bajo estas circunstancias? Nuevamente el caso venezolano es revelador en este sentido y valioso de analizar (mucho parte del caudillismo militar de Hugo Chávez pero también de los intentos de golpe de Estado contra el mandatario, así como lo que sucede en Ecuador y Bolivia).

 

Por lo tanto, si lo que se busca es salvaguardar el interés mayoritario por encima del minoritario, ¿cómo se podría lograr si se pretende la convivencia de todos los sectores sociales? Terminaría ocurriendo como en Cuba o bien, como está ocurriendo en Venezuela: la huida de la élite social.

 

Se ha afirmado que la fortaleza de Costa Rica para un nuevo proyecto país “estriba en la flexibilidad y capacidad para generar cambios, reformas y transformaciones, unas profundas y radicales, cuanto aquellas más coyunturales, con la profunda convicción de respetar siempre a las personas humanas.” (Ibíd., 2012, p. 15)

 

De lo anterior es importante destacar que se respeta a la persona como ser humano, mas en una situación de cambio radical se debe reconocer que un grupo social minoritario, históricamente, ha irrespetado a una mayoría, diferenciándose claramente en ámbitos diversos. Por lo tanto, no se trata de excluir a esa minoría como ellos lo han hecho, pero sí deben adaptarse a una nueva realidad sociohistórica, cosa que probablemente no ocurra porque implicaría la pérdida de un poder hegemónico y de una serie de privilegios que no serían posibles en una sociedad sin distinciones socioeconómicas.

 

En resumen, la adaptación de los intereses minoritarios a los mayoritarios es casi imposible, no desde la perspectiva de abajo sino desde arriba. Es inminente un movimiento reaccionario en el tanto esos intereses egoístas se vean amenazados. Es decir, si no se plantea la ruptura del sistema de clases, es prácticamente imposible generar los cambios que la sociedad necesita para tener una calidad de vida para todos y no solo para unos. El problema estribaría pues, en lo que ocurriría en el país si se diera un cambio profundo de las estructuras. ¿Estarían dispuestos a ceder las minorías?

 

Reformismo

 

Otro eje sobre el que giran los proyectos es el reformismo. La interpretación que se le debe dar es como un medio paliativo, a veces oportunista, de la política tradicional para mantener las distenciones del contrato social. La reforma en sí, no es más que una forma de control del entramado clasista de la sociedad. Los proyectos plantean la “reforma estructural” del Estado, pero transformaciones verdaderamente profundas siguen ausentes en las propuestas.

 

Desde el punto de vista económico, político y social siguen prevaleciendo las mismas estructuras de base, pero con matices en mayor o menor medida progresistas y socialistas. Un ejemplo de esto es que las reformas sociales de la década de 1940, aunque importantes para comprender la realidad y la lucha costarricense de hoy, no rompieron con el esquema de dominación, sino que fueron ese colchón que amortiguó las tensiones de la época.

 

Cuando se hace una crítica al poder institucionalizado y hegemónico, se plantea la necesidad de que sea el pueblo quien tome el control. Esto es claro al afirmar que “esta transformación (contra el verticalismo, el centralismo, el vallecentralismo y el autismo) debe ser protagonizada por el mismo pueblo”. (Ibíd., 2012, p. 10) Esto es claro pero, ¿cómo lograrlo cuando el mismo movimiento social criminaliza formas democráticas participativas, concretas, de rompimiento? Hay asuntos, pues, que aún deben solucionarse a lo interno de la resistencia del mismo pueblo que lucha por su liberación.

 

Se afirma, así mismo, que todas las reformas sociales en Costa Rica fueron inspiradas bajo diversas corrientes filosóficas e ideológicas. Lo que no cuaja es la relación implícita de socialismo con formas autoritarias de control social y del poder, así queda demostrado cuando se separa “el pensamiento socialista y democrático” (Ibíd., 2012, p. 15), no comprendiéndose que las formas avanzadas de democracia han nacido bajo el brazo del socialismo, demostrándose, en última instancia, un manejo oficial del discurso en estas palabras, mismas que llevan haciendo eco a lo largo de décadas desde las filas de los opresores.

 

Derechos Humanos

 

Otro asunto a destacar, es el tema de Derechos Humanos, al cual se le ha dado un papel fundamental en la propuesta. Se afirma que “Frente a una situación de franca reversión de derechos y garantías jurídicas, hay una tendencia a pisotear derechos humanos en otras épocas consolidados.” (2012, p. 13)

 

¿Cuándo han estado consolidados los derechos humanos en este país o cualquier otro? Sencillamente nunca. En el tanto las relaciones de dominación mantienen el tejido social, las minorías, en la manutención de su poder, seguirán dinamitando los derechos de otros, todo en favor de sus intereses mezquinos.

 

Desde el punto de vista de la educación, no se muestra una propuesta de transformación del sistema. Sobra recordar que, para sostener un sistema político es fundamental ideologizar los cambios por medio de la educación, no doctrinariamente como ocurre con el liberalismo, pero sí para una interiorización de los procesos de transformación social, política y económica, y la consecuente capacidad crítica para evolucionar los cambios que en sociedad se vayan gestando. Esto lo ha comprendido bien Cuba y ahora Venezuela.

 

Desigualdad y Oportunidades

 

Respecto al subsistema de empleo solo surge una pregunta: ¿Cómo sustentar un programa que busca disminuir las brechas sociales si, en el fondo, sigue manteniendo las diferenciaciones salariales y por ende, de acceso a los recursos materiales para unos y otros? Desde aquí se deberá pues, trabajar en soluciones que disminuyan la brecha salarial y que se eliminen las condiciones de explotación y sobreexplotación laboral por medio de mayores controles, puesto que lo que se busca es la dignificación del trabajo en sí y al basarse en un programa reformista, la vigilancia de los centros laborales debe ser sumamente eficiente para evitar todo tipo de contradicciones.

 

Hay también una farsa sobre la igualdad de oportunidades y es su existencia. Los gobiernos liberales aseguran ser garantes de las oportunidades para todos, pero esto no cabe en una sociedad desigual. Mientras exista la división social de opresores y oprimidos, las oportunidades para todos jamás van a ocurrir. “El que algunos individuos, por su inteligencia y voluntad, y salvando dificultades sin número escalan una clase social más alta, en modo alguno es una tesis a favor de la movilidad social.” (Gutiérrez, 1982, p. 31) Por lo tanto, al asegurar el que se debe crear un subsistema de equidad social que “sea generador de oportunidades reales y accesibles para todas las personas, que enfrente las asimetrías y luche contra las discriminaciones, en todas sus formas; pero, a la vez, que entregue los medios y procedimientos para que todas y todos puedan aprovechar dichas oportunidades.” (FAU, 2012, p. 18), debe presuponer la eliminación de las diferenciaciones sociales, por ende, de lo que se trataría, en el mejor de los casos a este análisis, es de amortiguar (por medio de reformas y no transformaciones radicales) la desigualdad socioeconómica pero sin acabarla por completo. Por tanto, no hay cambio real.

 

¿Cómo se lucha contra las asimetrías regionales y se busca una integración de todo el país? Aquí es importante la descentralización educativa para romper con los esquemas de homogenización social a nivel nacional. Sin embargo, esto implica la desestructuración del Estado – Nación tal y como está concebido desde hace más de cien años. Pero esta descentralización también se deberá dar en otros ámbitos siempre que no se desvirtúen y se cuente con los recursos necesarios para su fortalecimiento y expansión.

 

Economía

 

En el apunte sobre el subsistema de producción: “La organización de la producción no debe constreñirse a la dicotomía Estado o Mercado, empresa estatal o empresa capitalista, ni debe estar limitada por la exclusividad de la propiedad privada capitalista.” (Ibíd., 2012, p. 22) Entrar aquí en los dilemas de la propiedad privada implica adentrarse en el origen de las desigualdades, puesto que se entreteje con el tema ideológico. Valga decir, al menos, que la propiedad privada ha de regularse profusamente para evitar la concentración o su contraparte: la no tenencia.

 

Lo anterior también deberá aplicarse para el tema comercial: ¿cómo se controlará? ¿quién lo ejercerá? ¿cómo replantearlo en la búsqueda de una mayor igualdad socioeconómica? ¿Y los parques industriales? El encadenamiento productivo es fundamental, pero se debe tener presente que en este país se ha tenido una mala experiencia con este tipo de zonas francas, por lo tanto ¿cómo se regularán?

 

Finalmente, en materia ambiental, se debe pretender un turismo sostenible y una protección real de los recursos naturales, más allá del doble discurso. Por un lado se menciona el tema de las marinas, el cual ha venido a ser un tema conflictivo entre la sociedad, su manejo deberá consensuarse con los sectores involucrados. Por otro lado está el tema de los transgénicos, simplemente la coyuntura actual no es la idónea para traer a discusión un asunto de este calibre.

 

Conclusiones

 

A modo de cierre, es fundamental mencionar que un tema que no tiende a abordarse es el del sistema electoral. El sufragio costarricense es antidemocrático por antonomasia, no tiene mecanismos de participación, es cerrado y a dedo. Políticamente ocurre lo mismo: un presidencialismo excesivo, poca o nula representación de los amplios sectores de la sociedad, justicia mal impartida, entre otras. Hay mucho que tejer en estos temas.

 

Dentro de las fortalezas de Costa Rica, como se enmarca en los análisis preelectorales, está el caso de la convivencia de sectores sociales tan disímiles como el de opresores y oprimidos, pero también se incluye la dinámica reformista del país, diferenciándolo del resto de América Latina. Lo único en que no se diferencia es del caudillismo (calderonismo o figuerismo) como garante de las reformas paliativas. No es que el liderazgo de ciertos personajes esté mal, pero debe ser encausado de forma distinta: alejado del paternalismo y caminando con el pueblo soberano que busca la liberación.

 

Aquí no hay recetas ni soluciones, solo observaciones que, desde otro punto de vista, quizás más radical, pretenden crear mejores condiciones de vida para las personas dentro de un marco de convivencia real.

Comentarios: 4
  • #4

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  • #3

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  • #2

    Jose Solano (viernes, 22 febrero 2013 13:21)

    Gracias por tu aporte Juan Félix. Eso lo entendemos y tienes toda la razón en tus apreciaciones. Esperamos que, de lograrse, se llegue a radicalizar las posturas. Un abrazo solidario...

  • #1

    Juan Félix (viernes, 22 febrero 2013 12:52)

    Para mí, el documento "Gente viviendo con dignidad" se inscribe dentro de las transformaciones que corresponden al momento actual en Costa Rica que podemos definir como "democrática y antimperialista” en esta etapa. A algunas personas ubicadas bastante a la izquierda les preocupa que sea un documento reformista y que no va más allá. Yo creo que está definido el documento claramente como antineoliberal, aunque en realidad no es partidario de hacer alarde de los "antis", todo lo contrario, es particularmente proactivo. El neoliberalismo es el modelo económico y político del capitalismo hegemónico, valga decir, del imperialismo.El documento al ser antineoliberal es en consecuencia antimperialista y anticapitalista. Por supuesto que nadie será tan loco para pretender que un cambia de paradigma nazca de una vez radicalizado, las experiencias socialistas nos han demostrado que los pueblos asimilan los cambios siempre y cuando sean positivos y se llevan a cabo tomando muy en consideración las experiencias ya vividas, sacando de ellas las enseñanzas necesarias para “nuevas caminadas”. Debemos entender en primer lugar que no estamos inventando el agua tibia y el FAU pretende ser el embrión de ese gran FRENTE DEMOCRÁTICO que impulse las transformaciones.
    jf

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